domingo, 17 de junio de 2007

Un equipo con centenario en Primera


Y el milagro se hizo realidad. El Betis sigue un año más en la máxima categoría del fútbol español. Todo ello con el sufrimiento al que nos tiene acostumbrados el equipo de La Palmera. Y es que el Betis estivo durante algo más de 10 minutos sumido el los puestos de descenso. Pero apareció Edú. Ese astro brasileño que hoy dividía su corazón. Por un lado, el Celta ganaba pero eso suponía la caída de su actual equipo. No quería repetir una situación parecida. Eso se nota. Dos tantos del brasileño que saben a gloria para muchos, muchísimos béticos.

El partido comenzó bastante parado. El Betis paraba el juego mientras el Racing jugaba a gusto pero sin ninguna prisa. Nada parecido a la actuación de los demás involucrados en al zona baja. El Athletic comenzaba apretando pero frente a ellos estaba todo un portero. Molina, que paraba una y otra. El Celta luchaba desesperadamente contra un Getafe que pensaba más en la final de la Copa del Rey. Y la Real, no pudo empezar mejor. Gol a los pocos minutos de comenzar el encuentro. Pocos aspectos podrían destacarse de la primera parte, que pareció más una toma de contacto. Si bien el Betis a mitad del encuentro, empezó a tomar el control del mismo.

En el comienzo de la segunda, de todos era conocido que el Athletic ganaba y estaba casi salvado. Y que el Celta se empeñaba en ello. Tanto es así, que se puso por delante, 2-1, en el minuto 65, por obra de Lequi. En este instante, en Betis en Segunda. Entonces, comenzó el verdadero aluvión. Dani entraba por Odonkor, que hizo un partido nefasto. Poco después, el sacrificado era Assunçao, por Fernando, en un claro intento de que los suyos finiquitaran.

El gol bético llegó por obra y gracia de Edú. Rondad el minuto 79 de juego. Un jugador relegado durante muchas temporadas a la banda ahora se convertía en estrella tras un gran centro desde la banda de Ilic, aquel que a día de hoy, ya es bético, ya que el Betis ha ejercido su opción de compra. El estadio saltaba de emoción. Los hinchas del Racing de Santander enmudecían, pues aún quedaban rencillas por el fichaje birlado de Sobis, y los acontecimientos de 1989 donde el Betis subió a Primera a costa de bajar a Segunda B al equipo cántabro. En la grada sólo se oía un a voz. La de miles de béticos al unísono “sevillista, el que no bote, sevillista el que no bote…”. Y es que la afición del Betis se lo merece todo. Ha estado apoyando a su equipo a pesar de las adversidades, de los robos, de los errores tontos de los jugadores. Durante los noventa minutos no se paraba de animar. Así toda la temporada. En definitiva una afición ejemplar.

Pero aquí no acabaría la cosa. Nuestros jugadores no tenían reservado algo más. A pesar de las nuevas acometidas del Racing, que en muchas ocasiones pudieron devolver a los de Chaparo, magnífico en su crucial encuentro, a la curda realidad de la División de Plata, el Betis seguía ahí. Adelante. El Athletic de Bilbao por su parte finiquitaba la permanencia y el Betis debió sentirse contagiado de ellos (dada la proximidad geográfica). En el minuto 89, tan solo diez después del primer gol, Edú dio la puntilla al partido. El sabor amargo del jugador llegaría después al saber que su antiguo equipo no se salvaría. El Celta.

Pronto acabó el encuentro, y los jugadores, como bien dijo Chaparro salvaron su vida y algo más. El Betis celebrará su centenario en primera División, y por todo lo alto, con los fichajes asegurados de Mark González y Babic. Pero lo importante no son los fichajes. Lo importante es que se ha hecho un esfuerzo entre todos, y sobre todo la afición, que supo ayudar en tan difíciles momentos al conjunto heliopolitano.
Ahora queda mucho trabajo por hacer. Trabajo para el Centenario, trabajo con la plantilla. Mentalización. Seguridad en si mismo. Son las bases de un Betis de Champions.

La nota negativa, como no Lopera.
La cáriz negativo lo ha dado el máximo mandatario verdiblanco. Fiel a su rastrería, Lopera se retractó con respecto a la venta de su paquete accionarial que le da el control de la entidad. Ahora no vende. No vende a conocidos ni extraños. A nadie. Lopera, un sincero mensaje desde BetiBlanco. Tus horas en la cima del club están contadas. Estos coletazos guardan cierta similitud con la época final del franquismo. Intentos desesperados por frenar una rebelión que no puede parar. El cambio ya ha comenzado. Usted decide. O se va con al cabeza aún alta, o deja al Betis con la fama de dictador. Alfonso XIII o Francisco Franco, usted decide.

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