viernes, 30 de noviembre de 2007

Sempre con nosco, Portu


Hoy es un día triste para todos los béticos de corazón. Y como hoy, pasará tiempo hasta que este dolor se esconda tras nuevos sentimientos. Nos referimos al gran Portu. José Besteiro Fariñas, “Portu”, nacido en Vigo, el 23 de Marzo de 1930, defendió los colores verdiblancos en la década de los 50.

Portu tenía un currículo muy destacado. Participó en las tres categorías nacionales por las que el Betis pasó y sufrió. Además, debutó en la Primera División el 14 de Septiembre de 1958 con victoria. Este defensa, sevillano de corazón pero gallego de procedencia, comenzó en el Juventud Balompié. Pronto sorprendería a propios y extraños porque ascendería al primer equipo en 1952. Llegó a jugar con otros grandes como Eusebio Rios o Esteban Areta. Es de reconocer la entrega total de este gran defensa, que pasó por grandes momentos, como el ascenso a Primera, pero también las crisis en categorías nacionales inferiores. Aun así, no cejó en su empeño. Como anécdota, destacar que fue el encargado de cerrar espacios al, por aquel entonces jugador del Santos, Pelé. En la defensa de sus colores. Su última aparición pública, fue durante el homenaje de los grandes béticos, en el acto de “Siempre Verdiblancos”.

Para Portu, siempre habrá un lugar en nuestros corazones por un profesional de los que ya no existen. Sacrificio, y entrega 100% eran sus apellidos. Unas pequeñas palabras en su lengua materna: Xosé, sempre defendiches os nosos cores. Sempre diches todo. Agora lo teu recordo quedará na nosa memoria. Es grande entre os grandes. Lenda pra o beticismo, lenda de historia do fútbol (DEP).

domingo, 25 de noviembre de 2007

Partido maravilloso, resultado desastroso (4-3)


El Betis vuelve por sus fueros. Si, y no estamos pasando por un dejá vú, es que este Betis nos está demostrando que poco o nada va a hacer esta temporada. Los enterados del fútbol afirman que no hay mal equipo. Pero en realidad esto no funciona. El Betis, con una defensa paupérrima, otra cosa que no sorprende, dejó escapar en muy poco tiempo un margen de error de 0-2. Algo que ni Cúper se esperaba. Muchos creen que tocan cambios, y apuntan a Cúper como el primero, pero ahí tienen un dato. Con Lopera, han pasado por el Betis más de 20 entrenadores. En tan sólo 15 años. ¿Será de arriba el problema?

El Betis llegaba con ganas de reflotar en la tabla tras la victoria “in extremis”, del Betis contra el Zaragoza en casa. Tocaba visitar al Levante. Equipo en difícil situación y que parecía que poco sacaría con una victoria. El partido arrancó como la seda para el Betis. En pocos minutos, concretamente 24, el Betis, con goles de Aarhus y Edú, de penalti se ponía por delante y con margen para dormir el partido. El Levante no se lo esperaba. En tan poco tiempo y tratándose se la precisión del equipo hispalense, parecía una pesadilla.

Pero la alegría bética, duró tan sólo 15 minutos, porque primero Tomassi y después, el destacado del partido, Riga, establecía el empate a 2-2. Dos minutos, dos goles. Increíble si hablamos de un Levante colista. En la costa bética, decepción. Una línea defensiva blandita, inocente y pueril, dejó escapar de la mano los tres puntos. Ahora solo les quedaba uno. Y de esta crítica no salva ni Ricardo. Un portero que, en el día de hoy, no hizo sino ayudar a los levantinos ante sus continuos errores. En definitiva, el internacional indiscutible con Portugal, llegó a estar al nivel de Storari. El guardameta levantinista, en su línea no está ni para ser suplente, y por algo es el Levante colista.

En la segunda mitad, que empezó quince minutos tarde tras problemas con la iluminación en el Cuitat De Levante, comenzó loca. Los dos conjuntos demostraron su necesidad en cuanto a puntos pero las ganas las ponía el Levante. Sobre todo con Riga, quien marcó estableciendo la remontada completa en el minuto 49. Poco duraría la alegría al levante porque Pavone, marcaría el 3-3 con el que se llegó hasta el 81.Le partido estaba interesante, agradable, y con mucha, mucha tensión. El juego no dejaba descanso. Un toma y daca entre dos conjuntos que buscaban los puntos más que un recién operado. Pero el juego y la claridad de ideas venía de los granotas. El Betis amenazaba tímidamente, pero nada más.

Así, llegó el gol definitivo. Cuando menos se esperaba. Cuando peor venía. Casi sin tiempo, Javi Fuego establecía en el 81 el definitivo 4-3. Jarro de agua fría para el Betis. Y es que quien no empieza bien desde atrás, acaba mal en líneas generales.

Pero aún quedaban diez minutos. Un viso de esperanza se medía con un goteo de segundos en los que el Betis atacaba, y atacaba, y volvía a atacar. Más corazón que cabeza. Al final, Xisco pudo empatar pero se fue rozando el palo. Poco antes Juanito hizo lo mejor que podría hacer, expulsarse. La inoperancia se paga cara. Al final, Resultado merecido. Y es que si los verdiblancos no han sabio controlar un dos cero a favor, no merecen ni tan siquiera un punto.

Con esta nueva derrota, el Betis sigue penúltimo y Cúper con el agua al cuello. Muchos esperan que Cúper se vaya. Sinceramente, cuento los minutos hasta que Lopera ratifique al argentino. Y es que quien siembra vientos, recoge tempestades. Esto es lo que llama al timbre de la casa de Lopera. Y cada vez con más frecuencia y fuerza. La voz del aficionado ya resuena. Tempus fugit, Lopera.

domingo, 18 de noviembre de 2007

¿Es el Betis el club más antiguo del mundo?


Ya está aquí la navidad. Y cada año llega antes. O nos la hacen llegar antes. Las calles se engalanan para cumplir con la tradición católica del nacimiento de Jesucristo y la llegada de los Reyes Magos de Oriente. Para muchos supone rascarse el bolsillo, siendo esta fecha una de las más destacadas a la hora de soltar “verdes”. Para otros, sin dejar de llegar a esto, supone una etapa de recogimiento. De unión familiar.

Es en este círculo donde se cuentan las grandes historias. Como esta que hoy tratamos. Un hecho que Iker Jiménez debería estudiar a fondo porque de ser cierto, podríamos estar hablando del equipo de fútbol más antiguo del mundo. El Betis. Cuenta el bachiller Gonzalo de Saavedra, en pleno siglo XVII, la historia de los “Pastores del Betis”, en referencia a un pueblo que se asentaba a orillas de este río. Un manuscrito de 1633 que se encontraba inacabado en las viejas estanterías de la Biblioteca de Logroño.

¿Cómo algo referido al sur de España pudo acabar tan al norte?

Fernando Fedriani, uno de los autores de Relatos en verdiblanco nos trae a los béticos esta composición pastoril, religiosa y futbolística que mezcla futuro (por hoy) y presente (aquel entonces). Una historia que ha permanecido perdida durante tantos y tantos siglos, hasta hace pocos meses:

La historia narra la vida de un grupo de pastores, entre los que destaca la figura de un joven pobre, llamado Verdum y la de una apuesta joven que perdió a sus padres en una afrenta. Su nombre, Alba. Aquí, encontramos la primera referencia al Betis, ya que al juntar ambos nombres, obtenemos albiverde, o a la inversa, verdiblanco.

Un día, este grupo de pastores divisa en el firmamento, en la noche una estrella (en referencia a la que guía a los Reyes hasta el portal de Jesucristo). Esta, les guía en un periplo que dura varios días y en los que Verdum conoce a Alba, de la que se enamora perdidamente. En los continuos descansos que toman para reponer fuerzas y curar heridas, Verdum conoce el por qué del la orfandad de Alba. Sus padres murieron a manos de una tribu. Esta, vivía algo retirada de la zona de los béticos. Pero que más de una vez intentaron luchar contra ellos y arrebatarles el territorio sin éxito alguno. La tribu adoraba a un dragón rojo que intentó llegar a la luna y hacerse con ella. Como castigo, Dios, lo recluyó y ahora espera el momento de volver a tomarla. Para ello, se servirá de una palangana en la cabeza, que ocultará esa luz y le permitirá atraparla. Así surge esa tribu despiadada que roba, asedia y apuñala por la espalda a todo cuanto divisa frente a sí. Aquí, hay otra clara referencia al eterno rival del Betis por excelencia. El Sevilla FC, o como se le conoce entre los béticos, los palangana.

Además, de cuentos, en los descansos que la travesía les regalaba, los béticos jugaban a un deporte muy parecido al actual fútbol. Un balón de cuero lleno de heno debía ser conducido con los pies hasta acabar en las redes. Así, pasaban las tardes y noches de ocio los aventureros béticos. He aquí, otra referencia al ahora deporte rey en España.

Tras varios días de viaje, hubieron de encontrarse con la tribu de la palangana en la cabeza, que así se llamaba. Tal afrenta se saldó con derrota de los béticos, de los que Verdum acabó herido, de nuevo, por la espalda. Además, las reses que transportaban se las habían arrebatado los palanganas. Y por si fuera poco, la estrella que les guiaba desapareció. Poco tiempo después llegaron a un portal, y todo fueron alegrías. Parecían haber encontrado al niño que buscaban. El que les daría todo aquello que perdieron. Pero el portal estaba vacío, aunque sí fue habitado por unas gentes que ya marcharon. Gentes que cuidaron allí a un recién nacido. Todo eran caras de abatimiento y tristeza. Llegaron tarde a su destino. Pero Verdum estaba satisfecho. Había perdido todo pero no importa, porque había encontrado a la mujer que amaba. Alba, sintió lo mismo. Se correspondieron. He aquí, una frase de Verdum que a muchos sacará de dudas en esta lectura: “Mi amor nunca falla, venzamos o no. Mi amor por ti nunca falla: man que nos hagan llorar, man que pierda el cayado. No me hagas vivir sin ti, porque no puedo”.

Ni que decir tiene que esta referencia es claramente nuestro actual grito de guerra, forjado durante siete años de infierno continuado que nos llevaron casi a la desaparición. Y resurgimos de nuestras cenizas, cual fénix glorioso y radiante. El Manquepierda.

Los escépticos seguirán creyendo en que sólo es un cuento. Los que no, creerán la historia, pero algo si existe. Algo queda patente. Algo que dadas las coherencias, nos lleva a pensar en un Betis de más de un siglo de vida. Que unos pastores del río Betis, cuyos estandartes eran el verdiblanco, y que ya practicaban fútbol asiduamente, fueran el germen del actual movimiento del manquepierda. Del Real Betis Balompié.

Al final de la historia, Alba y Verdum vuelven a orillas del río Betis, como pareja para iniciar una vida en común. Se une el verde y el blanco. Nace el Betis.

jueves, 1 de noviembre de 2007

Un Halloween manchado de rojo (0-3)


El Betis volvió a las andadas. O mejor dicho por sus fueros, porque los navarros osasunistas arrollaron ayer a un Betis que salió como últimamente suele hacer. Buscando el empate. Y eso no es malo, si al final lo consigues. Pero no sirve para jugar en casa. En casa, un equipo debe ser dueño y señor. Algo que al Betis y a Lopera, concretamente, se le ha olvidado.

Halloween metió el miedo en el cuerpo a los jugadores del Betis que acabaron aceptando el truco, y no el trato, de los osasunistas. El mal juego presentado por los de Cúper, ayer en Heliópolis, no fue más que el resultado a una racha de juego negativa, que se remonta a la victoria contra el Mallorca. Tras esta victoria, en la que también hubo momentos de tensión, el Betis comenzó a caer en una espiral de confianza excesiva. Tanta, que Ricardo, de seguir trabajando a espuertas como lo hizo, pronto tendrá que cogerse una baja por depresión.

Y no es para menos, porque los verdiblancos ayer dejaron de jugar al fútbol para jugar con el público. Este Betis, que lleva con este año, tres agonías en Primera División, deja en el aficionado de a pie un mal sabor de boca, por no decir pésimo. Líneas desdibujadas, esquema totalmente defensivo y destruido. Ante esta situación, el Osasuna, que tampoco jugó a un nivel aceptable, campó (nunca mejor dicho) a sus anchas. El final del partido fue lo más deseado por el estadio verdiblanco que coreaba desde hacía tiempo ya, el “Lopera vete ya”, junto con la tan conocida sorna andaluza del “Lopera bota de oro”. No es para menos. El aficionado, que vive en fútbol como una tarde con sus hijos, no merece tal tomadura de pelo. Y menos pagando.

Retomando el inicio del encuentro, el partido comenzó con llegadas muy tímidas por parte de ambos conjuntos. El Betis lo intentaba con Mark González, que tuvo una sensacional primera parte, y Sobis, que poco o nada hizo ayer. Xisco tampoco estuvo mal en la derecha. Sin embargo, Héctor Cúper, optó por el cambio al final de la primera mitad. Un desastre porque si Xisco hacía poco, menos haría Odonkor. Las ocasiones, a raz del ecuador de la primera mitad, comenzaron a proliferar tanto en Betis como Osasuna. Sin embargo, Osasuna las tenía más claras, con un magnífico mejicano a la cabeza. Carlos Vela.

Sin embargo, pudo marcar el Betis en una gran jugada de Mark González con Sobis que desecha el primero mandando el esférico a las nubes. Esto fue todo lo que aconteció hasta el minuto 43, donde tras, una falta absurda cometida, el Betis se ponía por detrás en el luminoso. Puñal toca en corto para que golpee con fuerza y el balón rebota en Melli propiciando el gol ante la mirada pasmosa de todo el beticismo. Otra vez. De nuevo, Osasuna. Y en Halloween. Más de uno, se olía lo que ocurriría. Y Dady, delantero caboverdiano de Osasuna, pudo haber sentenciado antes del descanso de no encontrarse tan gafado de cara a puerta como estuvo anoche.

En el arranque de la segunda mitad, y ante los murmullos de gran parte del público, Cúper se la jugó. Y para al. Introdujo a Odonkor en sustitución del mallorquinista Xisco, y a Pavone en sustitución de Edú, que hasta ahora era de los pocos que trabajaba sin recompensa por su esfuerzo. Y como la Ley de Murphy dice, “Si hay va mal, tranquilo, que puede ir a peor. Pues eso precisamente ocurrió en el Ruiz De Lopera, ya que con la entrada de ambos jugadores, el Betis siguió sin tener ganas. Ni juego. Ni nada. Visto lo visto, el gol no tardaría en llegar. Y sería precisamente el caboverdiano Dady, quien anotaría en el minuto 51 y apuntillaría el partido. Un Betis romo se veía cada vez más hundido en el pozo de la categoría.

Pero no nos olvidemos de Carlos Vela. El mejicano tenía su noche y quería un gol. Ese mérito al trabajo realizado llegó en el minuto 55, tras un chutazo que hizo que la estirada de Ricardo se quedara en espejismo de salvación. Y e n este caso, el problema no fue Ricardo, sino una defensa endeble incapaz de contener a los rivales, pues Ricardo, evitaría un cuarto gol frenando el ataque de Dady. En el 78, Sola, (aquel que ya arruinó al Betis el año pasado con dos goles de cinco en total), desperdició una clarísima ocasión de establecer un cuarto tanto para los rojillos, pero inexplicablemente, el Betis seguía teniendo suerte. Relativa, pero al fin y al cabo, suerte.

Sin embargo, el Betis tuvo su oportunidad para marcar. Y decimos oportunidad porque no tuvo más tiros a puerta en todo el encuentro. A raíz de la entrada de Somoza en el campo, en el minuto 71, el Betis llegó y creó peligro, pero el otro Ricardo, (el de Osasuna), estuvo fenomenal, interviniendo de forma providencial el lanzamiento del centrocampista argentino y enviándolo a corner.

Pero para entonces, el Ruiz De Lopera parecía un desierto. Mucha gente se había marchado ya, indignados ante tal esperpento de encuentro. Otros sin embargo, volvieron a cantar aquello que no se escuchaba en feudo verdiblanco desde la última noche del Betis en Champions: “Lopera bota de oro, Lopera bota de oro”, gritaba el gentío. No es para menos. Tres años invirtiendo en el Betis lo mismo que en pasta de dientes es para sentirse decepcionado. Y es que con Lopera, uno sabe qué dinero entra, pero nunca qué dinero sale, ni hacia dónde.

Al final, Lopera se sale con la suya. Lágrimas. Esperanzas destruidas por la codicia del mandamás del Fontanal. Y es que ya lo dijo una vez Quevedo: Poderoso caballero es Don Dinero. Tanto que es capaz de arruinar las ilusiones de más de un millar de personas. Y dormirá tranquilo