domingo, 18 de noviembre de 2007

¿Es el Betis el club más antiguo del mundo?


Ya está aquí la navidad. Y cada año llega antes. O nos la hacen llegar antes. Las calles se engalanan para cumplir con la tradición católica del nacimiento de Jesucristo y la llegada de los Reyes Magos de Oriente. Para muchos supone rascarse el bolsillo, siendo esta fecha una de las más destacadas a la hora de soltar “verdes”. Para otros, sin dejar de llegar a esto, supone una etapa de recogimiento. De unión familiar.

Es en este círculo donde se cuentan las grandes historias. Como esta que hoy tratamos. Un hecho que Iker Jiménez debería estudiar a fondo porque de ser cierto, podríamos estar hablando del equipo de fútbol más antiguo del mundo. El Betis. Cuenta el bachiller Gonzalo de Saavedra, en pleno siglo XVII, la historia de los “Pastores del Betis”, en referencia a un pueblo que se asentaba a orillas de este río. Un manuscrito de 1633 que se encontraba inacabado en las viejas estanterías de la Biblioteca de Logroño.

¿Cómo algo referido al sur de España pudo acabar tan al norte?

Fernando Fedriani, uno de los autores de Relatos en verdiblanco nos trae a los béticos esta composición pastoril, religiosa y futbolística que mezcla futuro (por hoy) y presente (aquel entonces). Una historia que ha permanecido perdida durante tantos y tantos siglos, hasta hace pocos meses:

La historia narra la vida de un grupo de pastores, entre los que destaca la figura de un joven pobre, llamado Verdum y la de una apuesta joven que perdió a sus padres en una afrenta. Su nombre, Alba. Aquí, encontramos la primera referencia al Betis, ya que al juntar ambos nombres, obtenemos albiverde, o a la inversa, verdiblanco.

Un día, este grupo de pastores divisa en el firmamento, en la noche una estrella (en referencia a la que guía a los Reyes hasta el portal de Jesucristo). Esta, les guía en un periplo que dura varios días y en los que Verdum conoce a Alba, de la que se enamora perdidamente. En los continuos descansos que toman para reponer fuerzas y curar heridas, Verdum conoce el por qué del la orfandad de Alba. Sus padres murieron a manos de una tribu. Esta, vivía algo retirada de la zona de los béticos. Pero que más de una vez intentaron luchar contra ellos y arrebatarles el territorio sin éxito alguno. La tribu adoraba a un dragón rojo que intentó llegar a la luna y hacerse con ella. Como castigo, Dios, lo recluyó y ahora espera el momento de volver a tomarla. Para ello, se servirá de una palangana en la cabeza, que ocultará esa luz y le permitirá atraparla. Así surge esa tribu despiadada que roba, asedia y apuñala por la espalda a todo cuanto divisa frente a sí. Aquí, hay otra clara referencia al eterno rival del Betis por excelencia. El Sevilla FC, o como se le conoce entre los béticos, los palangana.

Además, de cuentos, en los descansos que la travesía les regalaba, los béticos jugaban a un deporte muy parecido al actual fútbol. Un balón de cuero lleno de heno debía ser conducido con los pies hasta acabar en las redes. Así, pasaban las tardes y noches de ocio los aventureros béticos. He aquí, otra referencia al ahora deporte rey en España.

Tras varios días de viaje, hubieron de encontrarse con la tribu de la palangana en la cabeza, que así se llamaba. Tal afrenta se saldó con derrota de los béticos, de los que Verdum acabó herido, de nuevo, por la espalda. Además, las reses que transportaban se las habían arrebatado los palanganas. Y por si fuera poco, la estrella que les guiaba desapareció. Poco tiempo después llegaron a un portal, y todo fueron alegrías. Parecían haber encontrado al niño que buscaban. El que les daría todo aquello que perdieron. Pero el portal estaba vacío, aunque sí fue habitado por unas gentes que ya marcharon. Gentes que cuidaron allí a un recién nacido. Todo eran caras de abatimiento y tristeza. Llegaron tarde a su destino. Pero Verdum estaba satisfecho. Había perdido todo pero no importa, porque había encontrado a la mujer que amaba. Alba, sintió lo mismo. Se correspondieron. He aquí, una frase de Verdum que a muchos sacará de dudas en esta lectura: “Mi amor nunca falla, venzamos o no. Mi amor por ti nunca falla: man que nos hagan llorar, man que pierda el cayado. No me hagas vivir sin ti, porque no puedo”.

Ni que decir tiene que esta referencia es claramente nuestro actual grito de guerra, forjado durante siete años de infierno continuado que nos llevaron casi a la desaparición. Y resurgimos de nuestras cenizas, cual fénix glorioso y radiante. El Manquepierda.

Los escépticos seguirán creyendo en que sólo es un cuento. Los que no, creerán la historia, pero algo si existe. Algo queda patente. Algo que dadas las coherencias, nos lleva a pensar en un Betis de más de un siglo de vida. Que unos pastores del río Betis, cuyos estandartes eran el verdiblanco, y que ya practicaban fútbol asiduamente, fueran el germen del actual movimiento del manquepierda. Del Real Betis Balompié.

Al final de la historia, Alba y Verdum vuelven a orillas del río Betis, como pareja para iniciar una vida en común. Se une el verde y el blanco. Nace el Betis.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estimado amigo. Quería darte las gracias por leer el relato y, por supuesto, también por realizar una reseña tan adecuada.

Soy Fernando Fedriani (fernandofedriani@gmail.com) y quería darte las gracias por la difusión que realizas del Beticismo.

¡Mucho ánimo con tu blog! ¡Espero que sigas haciendo un trabajo tan bueno como hasta ahora!